Las exportaciones de autos podrían aumentar más de 8%
El sector automotor podría ser el principal beneficiario del mejor desempeño de la economía de Brasil, que recientemente corrigió al alza su previsión de crecimiento del Producto Bruto Interno al 2,4% y, con un mayor consumo interno, derivaría en un incremento del 8,5% de las exportaciones argentinas de vehículos a ese país.
Las últimas estimaciones de la consultora Abeceb muestran que las ventas argentinas al principal socio del Mercosur llegarían en 2020 a USD 11.257 millones, con un aumento del 7,4% respecto de los niveles de 2019, en tanto las importaciones tendrían un aumento de 2% a USD 10,293 millones, de lo que resultará un superávit de USD 963 millones, el segundo consecutivo, luego de 17 años de déficit.
Dentro del 7,4% de aumento de las exportaciones, 8,5% correspondería a automotores y 6,5% al resto, según las proyecciones de la consultora.
La Secretaría de Política Económica del Ministerio de Economía brasileño anunció una proyección de crecimiento del PBI del 2,4%, levemente superior a las últimas estimaciones de 2,28% y 2,32%.
Si bien el cambio es “relativamente marginal” de acuerdo con la evaluación de Lorenzo Sigaut Gravina, director de la consultora Ecolatina, en general se destaca más allá de los números el cambio de tendencia en un país en el que las proyecciones venían corrigiéndose a la baja.
Al respecto, se estima que por la integración de ambos países y las diferencias de escala, hay una relación de 4 a 1 en el aporte del crecimiento de la economía brasileña al de la Argentina, de lo que se desprende que una suba del PBI de Brasil del 2,4% incidiría en 0,6 punto porcentual del producto local.
Por tal razón, un crecimiento en Brasil “no deja de ser algo interesante, porque cuando eso sucede, demanda un poquito más de todos los países, incluso de la Argentina”, agregó Sigaut Gravina, en tanto Gustavo Pérego, director de Abeceb, destacó que “se trata de valores sustentables, sin saltos bruscos, como parte de un proceso que se fue consolidando desde el final del Gobierno de Michel Temer”.
“Un Brasil en crecimiento es una buena noticia para el país y sobre todo para el sector industrial”, acotó Carolina Castro, de la Unión Industrial Argentina (UIA), quien de todos modos admitió que “2,4% no es un súper número”.
En tanto Delia Flores, presidente del Grupo Empresarial de Mujeres Argentinas (GEMA), remarcó que “a partir del segundo semestre (de 2019) se aceleró la actividad económica” en el país vecino, que viene haciendo “las reformas y ajustes apuntando al crecimiento y la inversión externa”.
Desde el inicio del Mercosur como Unión Aduanera el 1° de enero de 1995, el mercado automotor argentino brasileño está sujeto a un acuerdo específico que, con sucesivas modificaciones, viene renovándose periódicamente.
La importancia del mercado brasileño para la industria automotriz argentina queda en evidencia con el repaso de los datos de producción, exportación e importación de los últimos tres años aportados por Adefa (Asociación de Fábricas de Automotores). Entre 2017 y 2019, la producción local cayó 33,5%, pero las exportaciones aumentaron 7% y las exportaciones a Brasil más aún: 10,7 por ciento.
En consecuencia, las exportaciones de autos argentinos a Brasil pasaron de representar el 28,7% de la producción total en 2017 al 47,8% en 2019. O, si se prefiere, de cada dos autos que produjo la Argentina en 2019, uno se exportó al país vecino, casi el doble que dos años atrás.
La ecuación revela la importancia de la relación bilateral que amenazó con resquebrajarse luego de las declaraciones del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, contra el entonces candidato Alberto Fernández, tras el resultado obtenido en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto del año pasado.
En ese sentido, Sigaut Gravina distinguió que “si bien hay trabas en la relación bilateral, se dan más a nivel político que comercial”, más allá del caso de la importación de 700.000 toneladas de trigo de Estados Unidos que “pudo haber sido la primera medida de una escalada de represalias de Bolsonaro, pero no pasó de eso”.
En el mismo sentido se expresó Pérego: “lo del trigo fue un caso específico en una situación política bilateral rara en el proceso de transición”, tras lo que confió en que “va a haber más sintonía” en la relación comercial.
Además del sector automotor, el director de Abeceb consideró que “el impacto más significativo” del crecimiento del PBI de Brasil «va a ser en las economías regionales, en frutas y vinos. Y también en la industria metalmecánica”.
Sigaut Gravina se mostró más escéptico. “Brasil va a crecer y aumentará el consumo interno, pero de ahí a que haya un boom de importaciones hay un trecho largo”, manifestó, para agregar que “no va a haber muchas novedades” en materia de comercio bilateral, con una situación “bastante parecida a la de 2019”, con un “mínimo superávit”, que el año pasado fue de USD 1.017 millones.
Entre los sectores que podrían verse favorecidos, el director de Ecolatina agregó a uno que no forma parte de la balanza comercial de bienes, que es el turismo. No sólo porque la Argentina sigue siendo un destino barato para los viajantes del exterior, sino por las posibilidades de “hacer una diferencia” con el cambio de moneda en un contexto de restricciones para el residente argentino.
Para Flores, “si la actividad económica de Brasil continúa creciendo, nuestro superávit comercial se puede ampliar con rubros como el de las autopartes y los alimentos”.
Pero tanto Flores como Sigaut Gravina pusieron el acento más en lo que ocurra en Argentina que en el impacto de una mejora de la economía del país vecino. Para el director de Ecolatina, “Argentina es a cara o cruz: si reestructura bien la deuda y estabiliza la economía, podría preverse un repunte importador en el segundo semestre y terminar el año en equilibrio, comercial. Si no, lo vamos aumentar, pero por las malas”, es decir por la contracción de la demanda interna.
Por su parte, Flores advirtió que “en el comercio exterior existe siempre la reciprocidad: te van a comprar si te pueden vender”, una relación que considera está en riesgo con “las últimas medidas, con más controles y más restricciones a las importaciones”.
“Esto ya nos pasó y aún recuerdo las palabras de los industriales de Brasil cuando no les salían las DJAI (Declaración Jurada Anticipada de Importación” en la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, resaltó.
Al respecto, instó a “cuidar la relación con nuestro socio principal, porque lleva mucho tiempo e inversión conquistar mercados, clientes y socios”.