Alberto participó de una cena de honor en Jerusalén
El presidente Alberto Fernández fue recibido este miércoles por su colega de Israel, Reuvlen Rivlin, en la Residencia Presidencial, en Jerusalén, donde participó de una cena de honor para los 40 jefes de Estado y gobierno que el próximo jueves asistirán al acto de conmemoración del 75° aniversario de la liberación del campo de concentración nazi de Auschwitz.
Fernández llegó a la residencia oficial a través de calles desérticas, decoradas por una combinación de las luces tradicionales en esta época del año y las sirenas de los convoys de autos de las delegaciones que aprovechan la ausencia de autos y personas para avanzar a toda velocidad.
Rivlin recibió personalmente a cada uno de los líderes extranjeros en un salón y luego todos pasaron a un espacio aún más grande, decorado con las banderas del anfitrión del Foro Internacional del Holocasto de este año – Israel- y de todos los países participantes.
Una vez que los jefes de Estado y gobierno se sentaron alrededor de la larga mesa en forma de U, el anfitrión Rivlin agradeció a todos «por mostrar su compromiso» y destacó que «la responsabilidad de los líderes es forjar el futuro».
«El pasado se lo dejamos a los historiadores», agregó con una sonrisa.
En inglés, el idioma que todos los oradores de la noche utilizaron, el mandatario israelí anunció el objetivo central del Foro Internacional del Holocausto que se realizará mañana: «Nos juntaremos para decir Nunca Más».
Tras el discurso inaugural, tres cantantes y un pianista acompañaron a un violinista que interpretó la canción El último sobreviviente, con la que logró sobrevivir repetidos escapes y persecuciones durante el Holocausto nazi.
El discurso en representación de los jefes de Estado y gobierno invitados lo hizo el rey Felipe de España, quien aseguró que viajaron hasta allí para «mostrar nuestro respeto por los sobrevivientes y nuestra repugnancia por lo que pasó, pero quizás, aún más importante, es que vinimos a mostrar nuestro compromiso para combatir la ignorancia y el odio que posibilitó el Holocausto».
«Recordar solo no alcanza. La barbarie puede crecer cuando menos se espera, incluso en países con altos niveles de educación. Por eso, no podemos mirar para otro lado. Esta es una responsabilidad individual y colectiva. No hay lugar para la indiferencia. Nunca más», concluyó el monarca.
El resto de la noche transcurrió con intervenciones musicales y discursos movilizadores, como el del profesor Yehua Bauer, uno de los especialistas más reconocidos en el Holocausto, quien hizo un llamado especial para todos los líderes extranjeros que lo escuchaban.
«Tienen que luchar contra el antisemitismo, no por los judíos, sino por sus sociedades. Es un cáncer que crece y se expande», advirtió el académico tras recordar cómo se fue construyendo el discurso de odio y exterminio del nazismo y alertar que hoy otros grupos, como el Estado Islámico y Al Qaeda, propagan el mismo odio.
Las palabras finales, antes de la foto grupal que sellará la noche, estarán a cargo de Moshe Kantor, el presidente de la Fundación Foro Mundial del Holocausto, la organización que desde hace cinco convoca a líderes del mundo a conmemorar el aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi más famoso, Auschwitz, para seguir construyendo memoria y concientizar sobre el antisemitismo que aún existe.