El precio de la soja volvió a caer
En esta jornada, en Chicago la soja posición mayo de este año cayó casi USD 10 y cotizó a USD 301,90 por tonelada. Se trata del precio más bajo desde mayo del año pasado.
El escenario de elevada incertidumbre sobre el impacto que tendrá la pandemia del coronavirus en la economía mundial y la baja del precio del barril de petróleo afectó en esta jornada el precio de los granos en el mercado de referencia de Chicago y en la plaza local. Además, la soja tiene la presión del avance de la cosecha de Brasil que será récord y que le permitiría transformarse en el principal productor a nivel mundial.
Para el productor argentino, los contratos de soja a los cuales presta atención son aquellos donde ingresa el grueso de la cosecha local de la oleaginosa al circuito de la comercialización. Esos meses son: mayo, junio y julio.
Por su parte, la soja posición junio de este año cayó USD 9,40 y cotizó a USD 305,20. A todo esto, hay que agregar que la baja en los valores del petróleo provocó un derrumbe de USD 30,4 del aceite de soja cuyo precio se ubicó en USD 550,90.
Además, hoy el mercado de Chicago presentó bajas para el maíz y el trigo. El maíz posición julio de este año cayó casi 4 dólares y la tonelada cotizó a USD 141,10. Y el trigo diciembre de este año, cayó casi 3 dólares y cotizó a USD 189,70.
En el mercado local, sin actividad en el mercado físico hasta el 27 de marzo y con operaciones a través del canal electrónico, en la Bolsa de Comercio de Rosario hubo también caída en los precios y en los volúmenes comercializados.
La soja con entrega el 21 de marzo cotizó a USD 210 la tonelada, y no se registraron en el día de hoy ofertas abiertas de compra por soja con entregas diferidas. Por su parte, la tonelada del trigo con entrega en abril se pagó a 185 dólares, y el maíz disponible cotizó a 130 dólares la tonelada.
La caída de precios que afecta a la soja llega en un momento donde en nuestro país la semana pasada la Bolsa de Comercio de Rosario y la Bolsa de Cereales de Buenos Aires ajustaron a la baja las estimaciones de cosecha por la falta de precipitaciones. Y a todo esto, se suma la mayor presión impositiva tras al aumento del 10% de las retenciones a las exportaciones de la oleaginosa y sus derivados.
