Dólar blue
El dólar se disparó a $ 138 por unidad en el mercado paralelo, lo que llevó a la diferencia entre la cotización blue y el dólar oficial al 97%.
Aunque desde el Gobierno señalen a la plaza informal como algo marginal y de pocas operaciones, la serie de medidas que se tomaron para tratar de contenerlo muestra a las claras que la brecha preocupa al Gabinete económico. Los motivos son varios: la brecha rompe con los planes del Banco Central de sumar reservas gracias a la salida de la cosecha, lo obliga a vender divisas para mantener un mínimo de actividad económica, incentiva importaciones y puede volver realidad expectativas de inflación que van en crecimiento a medida que aumenta la expansión monetaria. La bala de plata en la que confía el ministro de Economía, Martín Guzmán, es un acuerdo de reestructuración de la deuda que devuelva cierto grado de confianza y permita aliviar el cepo.
En un contexto de controles de cambio, el cepo recargado que se instauró en octubre del año pasado y que desde entonces sólo fue reforzado, surgen mercados cambiarios alternativos que dan curso a la oferta y demanda de divisas por fuera de las regulaciones, a un precio más alto. Ya sea con operaciones en blanco y a plena vista, como ocurre con el contado con liquidación o el dólar MEP, o por debajo del radar de la AFIP y el Banco Central, como en el dólar blue. Pero esas diferencias entres cotizaciones, propias de los controles de cambio, se acentuaron desde el inicio de la cuarentena.
La brecha cambiaria pasó de cerca del 30% antes de que se decretara el aislamiento social preventivo y obligatorio a casi 100% hoy.
Las causas del ensanchamiento de una brecha que ya existía son varias. Una expansión monetaria masiva -el circulante crece 71% interanual- resultado de las mayores necesidades del Tesoro para intentar paliar los efectos de la crisis sanitaria y controles más acentuados sobre el liqui y el MEP ayudaron a la disparada del informal, que acumula un avance del 64% desde el inicio de la cuarentena. También, relacionado con ello, la caída de tasas de interés generó toda una batería de formas baratas de financiarse para apostar por el dólar.