SOCIEDAD

Jóvenes borrachos al volante

El último fin de semana, Joaquín Duhalde Bisi, de 19 años chocó y mató a dos de sus amigos en Tigre, en un hecho que causó gran conmoción.

El 18 de abril pasado, Nicolás Pérez Arias, un joven de 20 años, viajaba en el asiento trasero de un Renault Clio, junto a tres de sus amigos por las calles de la localidad bonaerense de Laprida cuando de repente fueron embestidos violentamente por un auto Peugeot 306. El impacto, ocurrido en la intersección de 9 de Julio e Independencia, fue brutal. El Clio subió a la vereda y dio de lleno contra un árbol, aunque el resultado final fue todavía peor: Nicolás, que viajaba detrás del asiento del conductor, murió algunas horas después en un hospital debido a la gravedad de los golpes que sufrió. Sus amigos se salvaron de milagro.

El hecho no se trató de un accidente vial más: en el Peugeot 306 que causó la muerte del chico de 20 años viajaban cuatro jóvenes que consumían alcohol con la música a todo volumen. Todo quedó registrado en un video que ellos mismos grabaron poco antes del accidente fatal. En las imágenes, se puede observar a una joven en el asiento del acompañante con una botella en la mano. De fondo, las risas y el sonido de las canciones a todo lo que daban los parlantes. El conductor tenía 18 años.

Los bomberos de la zona lograron rescatar a Nicolás, apodado como “Papu”, y lo trasladaron de urgencia junto a sus amigos al hospital Sancholuz, pero ya era muy tarde. Las heridas eran profundas. La causa está calificada como lesiones culposas y homicidio culposo por la UFI N° 7 de Olavarría. Días después, familiares y amigos de Nicolás convocaron a una multitudinaria marcha que se llevó a cabo en Laprida.

El caso no tuvo gran repercusión a nivel nacional pero sí coincide en muchos aspectos con lo ocurrido el último fin de semana pasado en la localidad de Tigre, donde Joaquín Duhalde Bisi, un joven de 19 años, chocó en estado de ebriedad el auto que manejaba y mató a dos de sus amigos. Iba al volante de un Audi A4 color gris que, en una maniobra a alta velocidad, se estrelló contra una columna metálica sobre camino de Los Remeros y avenida Santa María de Rincón de Milberg, en Tigre. El caso sirvió como ejemplo: nuevamente quedó en el centro de la escena la fatal combinación de alcohol y velocidad al volante, pero con el agravante de que son jóvenes los protagonistas.

Tanto el caso de Laprida como el de Tigre del pasado fin de semana son eslabones de una cadena mortal que parece no tener fin. Muestra de ello son otros episodios similares ocurridos tanto en el último tiempo como en años anteriores que involucraron a personas de muy corta edad -algunas veces alcoholizadas- y choques violentos.

Mientras tanto, las cifras son elocuentes. Según las estadísticas de la Agencia de Seguridad Vial de la Nación, el año pasado se registraron 2.784 accidentes fatales en los que 3.138 personas perdieron la vida. De ese total, el 44% corresponde a jóvenes entre los 15 y los 34 años.

Uno de ellos ocurrió en Lanús Oeste la madrugada del feriado del 2 abril pasado cuando cinco jóvenes que transitaban a gran velocidad en un Audi terminaron impactando contra una columna. El desenlace fue fatal: dos hermanas de 22 y 26 años murieron como consecuencia del duro impacto. Según reconstruyeron los testigos del siniestro, las mujeres se trasladaban junto a otras cuatro personas en un Audi A1 que impactó a gran velocidad en una columna, ubicada en la intersección de las calles Rivadavia y Viamonte.

Los bomberos tuvieron que cortar parte del auto para rescatar a las víctimas que habían quedado atrapadas en la parte de atrás. En ese momento constataron que Denise Nicole Ojeda (22 años) y Agustina Ojeda (26) habían fallecido en el acto.

El conductor, identificado como Demián Osvaldo Pedreira (27), logró bajar por sus propios medios, tal como Duhalde Bisi en Tigre. Belén Castillo, de 19 años, y Alejandro Weber de 28 fueron trasladados con politraumatismos y fracturas al Hospital Evita.

Al igual que los jóvenes del Peugeot 306 de Laprida, en este caso también se filmaron minutos antes del choque y mostraron que el consumo de alcohol fue otra vez la aparente causa de una tragedia. Los ocupantes del vehículo subieron imágenes a redes sociales que habrían sido registradas pocos minutos antes del choque, dentro del mismo Audi. Allí se los ve felices, cantando, bailando y tomando alcohol en vasos de vidrio. Restos de esos vasos y de botellas fueron hallados por los Bomberos en la zona del impacto.

No hay que irse muy lejos en el tiempo para contar otro caso similar. En noviembre del año pasado, a alta velocidad, un chico de 15 años atropelló y mató a un niño de 8 años que cruzaba la avenida Touring Club de Berazategui junto a su padre y su hermano. El menor intentó escapar, pero fue capturado por vecinos, quienes denunciaron que estaba borracho. Horas después fue liberado porque la ley argentina lo considera inimputable.

Según informaron fuentes policiales en aquel entonces, el adolescente conducía un Volkswagen Senda azul y circulaba sin las luces reglamentarias encendidas. Uno de los vecinos dijo que justo antes había esquivado un auto y que iba a gran velocidad. Al menor, identificado como Benjamín, lo trasladaron en un móvil policial al Hospital Evita Pueblo. Llegó muerto. En la causa interviene la Unidad Funcional de Instrucción N°1 del Fuero Penal Juvenil de Berazategui y la calificación del caso es homicidio culposo. Según los vecinos, la familia del adolescente se fue del barrio.

En julio de 2019, en la provincia de Mendoza, Julieta Testa (25), hija del reconocido entrenador de vóley de esa provincia Luis Testa, murió en un violento accidente de tránsito en la ciudad de Guaymallén. El auto en el que iba la víctima era manejado por su novio, quien al confirmar que la joven había fallecido intentó suicidarse en el mismo lugar del choque minutos después de que llegara la policía.

El conductor fue identificado como Sergio Masso (20) y de acuerdo con el test de alcoholemia, tenía 1,42 gramos de alcohol en sangre, dos veces más de lo permitido por la Ley de Tránsito de la provincia de Mendoza. Por eso quedó detenido, a disposición del fiscal de Tránsito Fernando Giunta.

Horas después de confirmarse la tragedia, se difundió un video de los segundos posteriores al choque. Se trata de una filmación hecha por un testigo ocasional que registró el lamento y el llanto de Masso al ver que su novia no reaccionaba. “Juli, volvé por favor mi amor”, se escucha de fondo mientras que se puede observar cómo la camioneta quedó volcada contra el muro de contención. En marzo del año pasado, el joven fue condenado a tres años de prisión en suspenso y 10 años de inhabilitación para manejar por el homicidio culposo agravado.

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