DEPORTES

Comenzó el US Open

Este años los 156 golfistas que comenzaron el torneo eran debutantes en The Country Club.

Siempre se dice que el US Open es la prueba más difícil en golf. Es verdad que si te toca una semana de mal clima en Gran Bretaña para el Open las cosas se pueden poner muy complicadas, pero en condiciones normales nada es más exigente que este campeonato. La USGA exige al límite a los jugadores y trata de identificar al mejor jugador. Para eso lo pone a prueba en todos los aspectos del juego.

Los fairways son más angostos que lo que normalmente juegan en el tour, el rough es progresivo y cuanto más te alejas más largo encontras el pasto. Los alrededores de los greens presentan también una gran dificultad porque allí el pasto también es muy alto y cuando el jugador falla por el lado donde está la bandera, el golpe de recuperación se torna casi imposible. Por último, la velocidad de los greens es muy alta, y en las canchas que visita el campeonato es común encontrar superficies con mucho desnivel. Esto quiere decir que jugar un putt desde pasado del hoyo es sinónimo de jugar a la defensiva.

Dicho esto el campeonato ha dado ganadores de los más diversos estilos. Pegadores larguísimos como Angel Cabrera, Dustin Johnson, Brooks Koepka, Tiger Woods o Bryson de Chambeau, se mezclan con algunos de los “cortos” como Jim Furyk, Webb Simpson, Martin Kaymer, Graeme McDowell o Lucas Glover. La historia en el US Open tiene siempre al ganador como prota

Este año los 156 jugadores que comenzaron el US Open eran debutantes en The Country Club. Más allá que algunos habían jugado el US Amateur en 2013, ganado por el inglés Matthew Fitzpatrick, las condiciones en que la USGA prepara la cancha para el abierto son mucho más severas. Algo de memoria queda en los jugadores, pero rápidamente se dan cuenta que el libro de yardas que guardaron de años atrás poco los ayuda. Esto se debe a que los roughs están dibujados diferente, y a que muchas veces aparecen nuevos tees de salida que se construyen para seguir dándole pelea a las enormes distancias que pegan estos jugadores. El US Open se trata de sobrevivir esta prueba de 4 días y paciencia es la palabra más importante en la semana.

El jueves los que jugaron temprano se llevaron la mejor parte del día. Casi nada de viento y algunos pudieron aprovechar ese momento. Nadie lo hizo mejor que Rory McIlroy, campeón en 2011, que pegó bien desde el tee, pero que embocó mas de la cuenta. Llegó a 4 bajo par con un hoyo por jugar, pero su segundo golpe en el último lo falló por el lado equivocado y anotó su único bogey del día. Necesito 28 putts para completar la ronda McIlroy, un número que no es excepcional, pero sí lo es por que lo que embocó lo hizo de media y larga distancia. El defensor del título también jugó temprano y peleó durante todo el día con sus golpes al green. Jon Rahm salvó una ronda de 69 golpes y es serio candidato al título si puede afinar la puntería con sus hierros. Entre los que les tocó jugar por la tarde sobresalieron el inglés Fitzpatrick, Dustin Johnson, campeón en 2016, y Justin Rose, también ganador de este campeonato en 2013. Pero el líder llegó desde Canadá.

Adam Hadwin es uno de esos jugadores prolijos, dueño de un swing que parece no acelerar nunca, pero de esos que tienen bien claro a lo que juegan. Con 5 birdies en los últimos 6 hoyos de la ida anotó 31 golpes y se puso al frente. El regreso no fue tan espectacular, pero luego del bogey del 12, embocó una bien larga en el 13 que lo devolvió a la punta. Si me preguntan si puede ganar, la respuesta es que si lo puede hacer, aunque creo que sus chances son bajas. Siempre en estos grandes campeonatos aparecen algunos nombres al frente que después no aguantan, pero por ahora es el líder con 66 golpes y eso no se lo quita nadie.

Así como hubo bueno también hubo muy malo. Mickelson (78), Oosthuizen (77) y Garcia (74) son algunos de los nombres importantes que no estuvieron a la altura. Quizás el hecho que hayan jugado en Londres la semana pasada el torneo de la nueva liga los haya afectado. Por ahora esta edición del US Open nos ha dejado 25 scores bajo par, un líder inesperado y la promesa que esto se pondrá cada vez más difícil con el viento que se pronostica para los próximos días. Es más que probable que al final de la semana sean muchos menos los que le ganen a la cancha. Solo pasaron 18 hoyos, el viernes será el día del corte y allí empezará a aclararse un poco el panorama en The Country Club.

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