La historia de “Picurú”, el asesino serial que mató a cinco presos en cárceles de Mendoza
Diego Roberto “Picurú” Casanova se dedicaba a los robos en la localidad de Maipú, en Mendoza, hasta que mató a un jubilado en un asalto y fue enviado a prisión, donde se ganó el apodo de “El Matapresos” por asesinar a cinco compañeros de encierro.
Según relata UNO de Mendoza, “Picurú” fue detenido en 2004, cuando registró su primera entrada en una cárcel por robo, pero fue liberado a las pocas semanas.
Ese mismo año, el 14 de octubre, cometió su primer crimen. Esa madrugada, junto con un cómplice, ingresó a la casa de Mario Federico Quevedo, de 67 años, en el barrio México I de Maipú, mientras el dueño de la casa dormía.
Pero el jubilado se despertó al escuchar unos ruidos y Casanova y su compañero lo asesinaron a puñaladas. Sin embargo, no escaparon rápidamente: colocaron al jubilado asesinado sentado en un sillón, con la cabeza gacha, “mirando” hacia la puerta de calle y con una frazada en las piernas.
Por esa razón, nadie notó el crimen de Quevedo, hasta que una nena de 12 años, que lo vio así desde la calle, y a través de la ventana de la vivienda, advirtió que estaba muerto.
Horas más tarde, “Picurú” fue detenido en su casa del barrio Tropero Sosa. Le encontraron elementos pertenecientes al jubilado y ropa con sangre del hombre de 67 años.
Por el crimen, fue condenado a 20 años de prisión y enviado la cárcel de Boulogne Sur Mer, a donde fueron alojados, luego, los presos Diego Ferranti, de 32 años, y Gerardo Gómez, de 28.