El ciclo de Russo empezó con el pie derecho

¿Y dónde hay un 9? Acá, Miguel, acá. Acá dijo Wanchope, quien puso el 2 a 0 contra Universitario a los 120 segundos de entrar, el jueves pasado. Y acá dijo también Mauro Zárate​, quien ayer tardó 17 minutos en gritar en su primer partido de titular y otros 17 en marcar el segundo, más de goleador todavía: pelota en el área de Obando, pim, pum, pam y a cobrar.

Si algo tiene este Boca, el nuevo Boca de Russo, es orden, buenas intenciones con la pelota y, por ahora, una gran dosis de efectividad. Porque ayer, antes de marcar el 1-0, no le estaba encontrando al vuelta a Paranaense y, sin embargo, en una ráfaga, en una escapada de Bebelo Reynoso, enseguida le sacó ventaja. Fue la primera gran aparición de Mauro en el partido. El 19, al que Russo había hecho goleador en Vélez en el 2005, le volvió a dar las mismas señales 15 años después. Su primer tiro al arco terminó adentro. Y el segundo, también. Luego, ya en el segundo tiempo, se fue retiró con una molestia en el cuádriceps derecho, aunque en principio producto de una paralítica (igual, analizarán su evolución).

Podría decirse que fue la única alerta de la noche para Boca. La otra, el gol de Paranaense. Porque encontró al equipo mal parado en su retroceso, más allá de la gran definición de Nikao: la picó por arriba de Marcos Díaz para poner el 1-1 parcial. Sin embargo, a favor del equipo de Miguel es que se recuperó rápido de ese golpe. A los siete minutos asomó de nuevo MZ19 para sacar ventaja otra vez.

Más allá de los goles, Mauro se vio cómodo en el circuito ofensivo de Boca. Se entendió bien con los extremos (Villa y Obando, quien volvió a asistir como lo hizo con Wanchope) y también convivió con éxito con Bebelo, quien cada vez que se encendió, brilló. Con ellos, el equipo de Miguel tuvo velocidad y fuego. Y eso le alcanzó para arrancar el 2020 con dos victorias.

Después, claro, llegaron los cambios, pero Boca no abandonó, a pesar de eso, sus buenas intenciones. Un ejemplo claro fue una jugada del segundo tiempo, que tuvo a Salvio como protagonista: un avance colectivo, con pelota al piso y con mucha gente trepando en ataque, que casi termina en definición del Toto (no pudo conectar el centro de Mas).

Este tiempo previo al arranque del torneo (será el próximo domingo ante Independiente, en la Bombonera) le sirvió también a Russo para probar varios jugadores y a su vez, varios sistemas. Contra Universitario arrancó con un 4-1-3-2 y anoche, con Paranaense, fue un 4-3-3 que en defensa se convirtió en un 4-1-4-1. De hecho, Miguel terminó la noche en San Juan con tres cincos: Campuzano más retrasado y Marcone y Jara por delante del cafetero.

En el segundo tiempo, más allá de la cantidad de cambios, Boca prácticamente no sufrió. Y no es un detalle menor, claro: porque el DT volvió a meter mano en todas las líneas (entraron Goltz, Campuzano, Salvio, Jara y Tevez) y Paranaense casi no inquietó a Marcos Díaz. El equipo supo manejar los tiempos del partido y además supo neutralizar los intentos del rival, por lo que también ahí terminó dejando una buena imagen.

La frutilla, claro, la puso Bebelo, con una tremenda definición para cerrar los dos amistosos con cinco goles a favor, sólo uno en contra y la sensación de que Boca, el nueve Boca, arrancó el 2020 a pura ilusión.

LA SÍNTESIS DEL PARTIDO
BOCA: Marcos Díaz; Julio Buffarini, Carlos Izquierdoz, Júnior Alonso, Emmanuel Mas; Pol Fernández, Iván Marcone, Emanuel Reynoso; Villa, Zárate y Obando. DT: Miguel Ángel Russo.

ATHLETICO PARANAENSE: Santos; Khellven, Thiago Heleno, Léo Pereira, Márcio Azevedo; Lucho González; Nikao, Cittadini, Fernando Canesin, Vitinho; Breno Lopes. DT: Dorival Júnior.

GOLES: PT 17′ Zárate (BOC), 27′ Nikao, 34′ Zárate (BOC), ST 42′ Reynoso (BOC).

CAMBIOS: En Boca: ST Salvio X Villa, 13′ Tevez X Zárate y Jara X Pol Fernández, 18′ Goltz X Izquierdoz y 23′ Campuzano X Obando. En Athletico Paranaense: ST Wellington X Lucho González, Matheus Anjos X Fernando Canesin, Rossetto X Cittadini, Marquinhos X Nikão y Bissoli X Breno Lopes.