POLITICA

El Gobierno mantendrá el operativo de seguridad que había dispuesto Patricia Bullrich

La ministra de Seguridad, Sabina Frederic, decidió mantener uno de los ejes centrales de la gestión de Mauricio Macri en materia de lucha contra el delito: la presencia de las fuerzas de seguridad apostadas en barrios de alta conflictividad social y los refuerzos de la Gendarmería que se habían desplegado en toda la frontera Norte.

“No habrá retiro de efectivos de las fronteras ni de los barrios complicados donde hay centros del programa El Estado en tu Barrio”, explicó a Infobae un allegado a Frederic.

De esta manera, la nueva titular de la cartera de Seguridad apuesta a darle continuidad a uno de los planes emblemáticos del macrismo, como fue el programa Barrios Seguros que a partir del 2016 se viene implementando en las villas 31 y 31 bis de la Ciudad de Buenos Aires, en Alto Verde de la provincia de Santa Fe, en los barrios Carlos Gardel y Borges de la provincia de Buenos Aires y en la villa 1.11.14 en Buenos Aires, entre otros.

En todos estos lugares, además de centros urbanos como el Gran Rosario, Tucumán, Santa Fe, Posadas o en varios municipios del conurbano bonaerense, la presencia de la Gendarmería y de la Policía Federal no será retirada. Tampoco habrá un refuerzo de efectivos, por el momento.

Además, la ministra Frederic definió que al menos durante los próximos seis meses se mantendrá la presencia de fuerzas de seguridad que había dispuesto Bullrich en las fronteras del norte del país y en barrios de alto nivel de violencia.

Durante todo este período se evaluará “caso por caso” en virtud de determinar si corresponde o no levantar levantar los puestos de la Policía Federal, la Gendarmería o la Prefectura que están desplegados desde hace al menos cuatro años en barrios o fronteras clave para la lucha contra el narcotráfico, el contrabando o la trata de personas.

El programa Barrios Seguros está coordinado y supervisado por la Subsecretaría de Prevención del Delito y la Violencia, dependiente de la Secretaría de Seguridad, bajo la órbita del Ministerio de Seguridad. El objetivo fundamental de este programa es “reducir la presencia de la criminalidad organizada, el narcotráfico, el delito y la violencia en aquellos barrios identificados como prioritarios por sus altos índices de conflictividad social, en articulación con el gobierno nacional, los gobiernos locales y otros poderes del Estado”, según sostiene el Ministerio de Seguridad.

Claro que la idea de “barrios prioritarios” o aquellos calificados por su “alto nivel de conflictividad social” será revisada en el futuro inmediato por Frederic y su equipo. Pero por el momento se mantendrá la presencia de fuerzas policiales en esos lugares.

El año pasado, después de un operativo que realizó la Gendarmería en la Triple Frontera luego de un atraco a un banco del lado de Brasil, la entonces ministra Bullrich reforzó el patrullaje de las fuerzas en los pasos fronterizos y el gobierno de Jair Bolsonaro aumentó la presencia de militares en la zona fronteriza.

En aquel momento Frederic cuestionó el accionar de su antecesora al sostener sin vueltas: “Está comprobado que un mayor despliegue de las Fuerzas Armadas no garantiza una victoria contra estas organizaciones delictivas. Lo que ha hecho Brasil a lo largo de sus últimos tres gobiernos, con el aumento de la violencia institucional en favelas y territorios dominados por narcotraficantes, sólo ha incrementado el nivel de matanzas. Tan sólo en los últimos diez años fueron asesinadas unas 700.000 personas”. También remarcó: “Habría que revisar nuestras políticas de seguridad y encontrar una manera vinculada a la prevención y no a la reacción”.

Ahora, la nueva ministra decidió mantener la política de presencia en aumento de la Gendarmería en la frontera norte. Es una de las pocas políticas que mantuvo, ya que no bien asumió Frederic derogó los protocolos de las fuerzas de seguridad relacionados con el reclamo de DNI a ciudadanos en la calle, el uso de armas de fuego por parte de la policía fuera de horarios laborales, la posibilidad de no utilizar la voz de alto ante la eventual fuga de un delincuente y el uso de las armas no letales.

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