Rugbiers contra testigos

Villa Gesell se despertó sin el ruido ni movimiento de otros días, ése que es habitual en la temporada, con música y jóvenes apiñados en una disco. Le Brique, el boliche donde se origino el hecho que derivó en el crimen de Fernando Sosa Báez, cerró sus puertas. No por voluntad de sus dueños, que seguían manteniendo abierto el local, sino de las autoridades, que en la madrugada le pusieron una faja de clausura mientras varios jóvenes hacían la cola para entrar.

Probablemente se haya tomado la decisión a instancias de la gente, indignada porque, a pesar del asesinato del joven que iba a estudiar Derecho en la UBA, el boliche seguía con su rutina habitual. De hecho, mientras se generaba la clausura, a las 3 de la mañana, todavía se mantenía reunida gente que pedía por justicia para Báez Sosa. Allí, Jimena Barón iba a actuar, pero decidió no hacerlo («yo no voy a hacer guita mientras Villa Gesell está de luto», afirmó) y sí participar de la reunión de la gente en la calle para pedir justicia. En tanto, por un decreto municipal se prohibió el consumo de alcohol en la vía pública.

Villa Gesell, además, se despertó con el movimiento de camionetas de la Policía, que trasladaron a parte de los diez rugbiers detenidos para realizar, este jueves, la primera ronda de reconocimiento que enfrentará a acusados y testigos, con un vidrio espejado de por medio, por el cual los rugbiers no podrán ver a quienes sí los estarán observando desde el otro lado, con el objeto de tratar de determinar quiénes estaban y haciendo qué durante la golpiza que recibió Fernando y, al menos, uno de sus amigos, en la calle. La defensa cuestionó la pericia porque, entiende, sus defendidos ya son conocidos a partir de las fotos que se difunden en las redes y los medios.

El operativo general, a realizarse en cuatro días (se completa este viernes, lunes y martes) comprende de 10 a 12 testigos, los 10 detenidos (más Pablo Ventura, detenido en Zárate pero liberado porque no estaba en el lugar del hecho el sábado a la madrugada) y personas similares a ellos, unos tres por cada uno. La fiscalía necesita asegurarse sobre las responsabilidades que le cabe a cada uno antes de pedir las penas que les corresponderían a los acusados, pudiendo ser de «prisión perpetua», según afirmó el fiscal general de Dolores, Diego Escoda. Existiría la posibilidad de que tres de los acusados no hayan estado en el lugar, así como que aumente a tres la coautoría de la muerte de Fernando, cuando al momento se los imputa a Ciro Pertossi y Máximo Thomsen por el hecho, con el resto obrando como partícipe, lo cual mantiene la misma gravedad de imputación.

Mientras tanto, en Buenos Aires, la familia y amigos de Fernando convocaron a una concentración para esta tarde, a las 18, en el barrio de la Recoleta, con epicentro en Pueyrredón 1879, dirección del edificio donde vivía el joven de 19 años. Además, hay una marcha programada en Zárate, el viernes a las 19, desde el Parque Urbano hasta la municipalidad, también para pedir justicia.