POLITICA

¿Cómo funciona el sistema que propone Javier Milei y sería posible aplicarlo en la Argentina?

El precandidato a presidente por la Libertad Avanza dijo que suprimiría la obligatoriedad de la educación e impondría un modelo “a la chilena”.

Solo unos días atrás, Javier Milei ratificó su programa educativo en caso de ser electo presidente. El precandidato de la Libertad Avanza dijo que suprimiría la obligatoriedad de la educación inicial, primaria y secundaria y que, en su lugar, implementaría un sistema de vouchers “a la chilena”.

“El sistema de la obligación no funciona. Si querés estudiar, vas a tener un voucher y vas a poder estudiar. El tema de la obligatoriedad es querer controlar a los seres humanos e imponer tu patrón moral. El que quiera estudiar, estudia, pero obligar no me gusta”, señaló Milei que agregó: “Las instituciones tiene que competir y ser buenas. Vas a tener educación pública y educación privada. La diferencia es que no vas a ser rehén del adoctrinamiento del Estado”.

La declaración pronto encendió el debate. Políticos, especialistas y sindicalistas se pronunciaron respecto a la viabilidad y pertinencia de un plan que implicaría un giro de 180 grados a la tradición educativa argentina.

Chile es el caso más emblemático -y uno de los pocos en el mundo- en utilizar un plan de vouchers educativos. De hecho, su sistema educativo, por su singularidad, es objeto de un sinfín de investigaciones en el campo de la educación.

Un sistema de vouchers o “de libre elección de escuelas” se basa en financiar a la demanda en lugar de financiar a la oferta. Consiste en subvencionar a los alumnos en lugar de a las escuelas: los estudiantes reciben los famosos vouchers y sus familias eligen a qué institución enviarlo. Eso genera una lógica de mercado, de competencia entre las escuelas por la matrícula que, se supone, redunda en esfuerzos por conseguir mejores resultados y destacarse del resto.

La peculiaridad del sistema chileno llevó a que lo tilden de “neoliberal”, aunque, con los resultados encima de la mesa y distintas políticas en los últimos años tendientes a la equidad, hoy se discute esa etiqueta.

“Hay muy pocas experiencias nacionales de vouchers: Chile, Nueva Zelanda, Suecia y poco más. Fue una corriente de los ‘80 y principios de los ‘90 que se agotó. En Estados Unidos no hay un sistema de vouchers pero sí hay fundaciones y estados que sortean becas para que los estudiantes puedan pagar la escuela privada que elijan. Hoy no hay ningún país del mundo que avance hacia un sistema de libre elección de escuelas”, le dijo a Infobae Mariano Narodowski, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella y referente de Argentinos por la Educación.

El especialista explicó que, tal como están las cosas, hoy sería imposible implementar un sistema de vouchers en la Argentina desde el Poder Ejecutivo. Para ello se debería renacionalizar la educación que está en manos de las provincias. Sería necesario modificar la Constitución del ‘53 para que el sistema vuelva a depende financieramente en su totalidad del Estado nacional.

De lo contrario, Narodowski, que advirtió de las dificultades de implementar un sistema de vales en la Argentina, brindó tres alternativas:

-Disolver el Ministerio de Educación nacional y todo su presupuesto transferirlo a las familias a modo de “becas”. Según sus cálculos, el dinero no sería suficiente para los cerca de 10 millones de alumnos que hay en el país.

-Volver a fundar escuelas nacionales en las provincias y que los vouchers se utilicen en esas instituciones. La dificultad aquí, dice, es que en principio se trataría de un subsector muy pequeño al que le llevaría años crecer.

-Generar acuerdos con las provincias para que acepten los vouchers a partir de un mayor financiamiento nacional. Además de las tensiones obvias con las distintas gobernaciones, se necesitaría una burocracia enorme que coordine la transición.

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