INTERNACIONALES

Gabriel Boric asume el fracaso constitucional

Cuáles son los desafíos de la segunda parte de su mandato.

Gabriel Boric no pudo cumplir su mayor promesa. Tras fracasar dos veces en el intento de reformar la Constitución heredada de la dictadura, el presidente de Chile busca hoy enfrentar nuevos desafíos para encarar la segunda parte de su mandato.

Inseguridad creciente, reformas de salud y de pensiones y pacto fiscal son los pilares que el gobierno de izquierda de Boric intentará apuntalar de aquí a marzo de 2026.

“Los principales desafíos están ahora en orden de asegurar al menos una porción del programa de gobierno. En primer lugar, tramitar exitosamente una reforma de pensiones, que es el anhelo más importante de los chilenos, que lleva ya 14 años”, dijo a TN el analista chileno Axel Callis, director de la consultora Tuinfluyes.

Pero ese no será la única apuesta, en medio de un fuerte aumento de la violencia. También buscará imponer un pacto fiscal y una reforma de salud, dos puntos surgidos del clamor popular durante el estallido social de 2019 que llevó a Boric al poder el 11 de marzo de 2022.

Los chilenos seguirán bajo el ala de la carta magna escrita por el régimen cívico-militar de Augusto Pinochet. A fines de 2022, le dijeron “no” a un texto marcadamente progresista e indigenista. Ahora, el 17 de este mes, acaban de rechazar otro proceso que culminó con un proyecto de Constitución aún más conservador que el vigente.

El fracaso fue evidente. Los chilenos no lograron ponerse de acuerdo y deambularon en un escenario ideológico pendular que los llevó de izquierda a derecha en dos elecciones constituyentes separadas por apenas un año.

“Es una derrota del sistema político en su totalidad, no solo de Boric, que se mantuvo prescindente, pero deseaba que no se aprobara un texto conservador bajo su mandato. Los chilenos no fueron capaces de ponerse de acuerdo. Es una derrota de la izquierda y la centroizquierda, pero también de todo el espectro político”, dijo Callis.

La popularidad de Boric está hoy por el piso. Solo uno de cada tres chilenos respalda su gestión, según el último sondeo de Cadem divulgado a inicios de este mes.

De acuerdo a la encuesta, el 33% de la población respalda al presidente contra el 62% que lo desaprueba.

En ese contexto, el mandatario intentará reflotar su plan insignia de reforma de las pensiones que decidió “congelar” por falta de apoyo a mitad de año. La idea ahora es rescatar el proyecto tras el fin del fallido proceso constitucional.

El gobierno no tiene mayoría ni en Diputados ni en el Senado. Depende entonces de acuerdos con la derecha tradicional y la ultraderecha para consensuar una reforma. El objetivo es mejorar el monto de las bajas pensiones que reciben la mayoría de los chilenos.

Desde la dictadura, el sistema de pensiones en Chile está en manos de seis empresas privadas (AFP) que utilizan las cotizaciones de los trabajadores en fondos de inversión. Las pérdidas las asumen los propios contribuyentes. Cada aportante entrega el 10% de su salario cada mes.

En 2008, se creó una pensión financiada por el Estado para los sectores más postergados, que es hoy de unos 200 dólares.

El proyecto de reforma no es nuevo. Ingresó al Congreso en noviembre de 2022. En síntesis, la propuesta busca formar un nuevo seguro social, financiado a través de una cotización adicional del 6% a cargo del empleador. El acuerdo entre el oficialismo y la oposición en este punto ha sido imposible.

“Creo que es momento de abrir una nueva etapa de acuerdos y de resultados que sean palpables para las familias chilenas. De dejar los cálculos mezquinos, de dejar de pensar solamente en la próxima elección y pensar en las soluciones y que la democracia dé resultados”, dijo Boric tras el fracaso de la reforma constitucional.

Pero también Boric quiere afrontar una reforma de salud sobre la base de cambios estructurales que mejoren la atención pública y privada, y un pacto fiscal basado en la premisa de “a mayor poder adquisitivo, mayor carga impositiva”, para destinar más recursos a sus programas sociales.

No le será fácil al gobierno alcanzar consensos. Son dos modelos antagónicos de país enfrentados entre el oficialismo y la oposición.

En ese escenario, Chile se hunde hoy en una pendiente de inseguridad y violencia nunca antes vistas en el país.

De hecho, el Observatorio de Seguridad de la compañía Verisure reveló el Índice de la Tranquilidad regional. El resultado sorprendió: Chile lidera el ránking de mayor sensación de inseguridad en el área, con un aumento palpable de los secuestros extorsivos (1,8 casos diarios en promedio en 2022), robos y asesinatos (6,7 cada 100.000 habitantes contra 4,3 de la Argentina, según un informe de la oficina de la ONU contra las drogas y el delito del año pasado).

“La inseguridad y el crimen organizado es un foco que va a tener que enfrentar cualquier persona que intente gobernar en Chile y en América Latina en general. Es una pandemia transversal”, afirmó Callis.

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